Las microalgas fueron los primeros organismos con capacidad de fotosíntesis y uno de los principales agentes en la creación de la actual atmósfera terrestre. Estos organismos son claves en el equilibrio planetario, ya que la dinámica del dióxido de carbono en la Tierra está, en gran medida, determinada por ellos y, además, constituyen la base de las cadenas tróficas que permiten la vida en los océanos. A pesar de su gran importancia para nuestro Planeta, la explotación de estos organismos por el hombre no ha ido más allá de contados casos a lo largo de la historia. Desde hace ocho años, el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) ha venido desarrollando una importante labor de investigación en el campo de la producción y explotación de microalgas, a través de su departamento de Biotecnología. Héctor Mendoza Guzmán, investigador de dicho Departamento, explica que "en teoría, las microalgas habrían de ser una extraordinaria fuente de alimentos, capaz de competir en mejores condiciones con la agricultura tradicional, ya que la producción de microalgas no requiere agua de calidad, ni suelo fértil". En la década de los cincuenta fueron consideradas como una fuente alternativa de proteínas de incuestionable valor, capaz de reemplazar o complementar a los cultivos tradicionales. Sin embargo, la producción de microalgas encuentra enormes dificultades para su expansión, ya que los sistemas de producción requieren grandes inversiones y ofrecen una gran inestabilidad. Estos factores son los que han limitado su expansión como una actividad productiva. En la actualidad, se restringe a unas pocas especies en unos pocos países, como EE.UU., Australia e Israel. "El cultivo de microalgas para consumo humano es aún una actividad joven e incipiente, su desarrollo efectivo apenas cuenta con unos 50 años", comenta Mendoza y afirma que esta actividad "es extremadamente innovadora y experimenta una fuerte expansión, a la vez que progresan las biotecnologías y aumenta la demanda de nuevos productos y fuentes alternativas de alimentos y sustancias bioactivas". Las aplicaciones productivas y comerciales de las microalgas son tan diversas como numerosas son las especies que integran este grupo de organismos. Sus usos van desde la producción de alimentos para consumo humano hasta la producción de hidrógeno con aplicaciones energéticas. "Son organismos apenas explorados, que en la actualidad son objeto de intensas investigaciones para la búsqueda de nuevas sustancias bioactivas susceptibles de ser utilizadas en medicina o de nuevos usos productivos como la biorremediación ambiental o la elaboración de biocombustibles", afirma Héctor Mendoza.
En colaboración con otras instituciones locales e internacionales, el Instituto Tecnológico de Canarias ha desarrollado una intensa labor de investigación en el campo de la biotecnología de las microalgas, abarcando diversas líneas de trabajo. Entre os estudios realizados por el ITC, cabe destacar el diseño y desarrollo e técnicas de cultivo a gran escala para la producción de microalgas destinadas a consumo en alimentación humana y para la elaboración de piensos animales, así como la elaboración de dietas para acuicultura, ya que estos microorganismos son esenciales en las primeras fases de desarrollo de la mayoría de especies que se crían con esta técnica. Asimismo, el Departamento de Biotecnología de esta institución lleva a cabo estudios de viabilidad técnica para la producción de sustancias bioactivas a partir de microalgas, con especial atención a la obtención de bioantioxidantes naturales, que pueden ser aplicados en la elaboración de alimentos funcionales. En este sentido, el investigador de ITC indica que "los antioxidantes naturales han sido relacionados en numerosos estudios con la prevención de ciertos tipos de cáncer humano". Este departamento ha dedicado también sus esfuerzos a la producción de pigmentos naturales de uso alimentario a partir de microalgas. Según Mendoza, "ésta es una de las actividades que más desarrollo ha experimentado en los últimos años en la explotación de las microalgas", hasta el punto de considerar, hoy en día, a estos organismos como la principal fuente natural de ciertos pigmentos altamente demandados en el mercado internacional, como el b-caroteno o la astaxantina. Otra utilidad de gran importancia es la depuración de aguas residuales y gases de combustión a partir de cultivos intensivos de microalgas. Una de las primeras aplicaciones en desarrollarse fue su empleo en el tratamiento terciario de las aguas residuales urbanas. Las microalgas constituye, además, un óptimo agente para la fijación de CO2 atmosférico, lo que podría contribuir a la reducción de las emisiones de este gas, principal responsable del efecto invernadero. "La biomasa obtenida de los cultivos de microalgas puede ser utilizada en la elaboración de biocombustibles, ya que constituyen una fuente aún no suficientemente explotada de energias limpias", señala Mendoza. (Canarias innova abril 2003)
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