sábado, 21 de abril de 2007

UNA SUPER FUENTE DE PROTEINA

Dado que casi el 60% de la composición de la Chlorella es proteína, y en vista de que la puede producir 50 veces más eficientemente que otros cultivos, esta humilde alga bien podría servir como una valiosa fuente de proteína en los países en desarrollo y también en aquellas regiones del mundo donde el exceso de población está devastando la tierra disponible.Gracias al reducido espacio que se necesita para cultivarla, la Chlorella produce alrededor de 98 toneladas por hectárea (40 toneladas por acre). Esa misma hectárea rinde únicamente una tonelada y media de fríjol de soya por año, y este cultivo sólo contiene 39% de proteína. Otros granos comestibles más populares, como el trigo (10% de proteína) y el arroz (7%), producen correspondientemente menos proteína por hectárea.La Chlorella contiene los ocho aminoácidos esenciales, los constituyentes de la proteína. Su contenido de aminoácido se compara favorablemente con el de los productos animales, excepto por su contenido de metionina, que es levemente inferior.Además, contiene cantidades impresionantes de vitamina C, betacaroteno (provitamina A), vitaminas BI, B2, B6, B12, niacina, ácido pantoténico, ácido fólico, biotina, colina, inositol, ácido paraaminobenzoico, vitaminas E y K. Su composición mineral incluye fósforo, potasio, magnesio, azufre, hierro, calcio, manganeso, cobre, zinc, yodo y cobalto. También es una fuente de ácido lipoico, factor importante para el crecimiento microbiano. (Ver el completo artículo sobre microflora intestinal escrito por el Respetable Jñàpika Gurú)Durante la Primera Guerra Mundial y la Segunda, los hombres de ciencia alemanes realizaron experimentos con la Chlorella como fuente alimentarla para tiempos de guerra. Después de la Segunda Guerra Mundial, el Instituto Carnegie desarrolló un método para cultivar la Chlorella a escala comercial, a partir de las investigaciones alemanas. Sin embargo, nunca se materializó la producción en cantidades industriales, probablemente en vista de la abundancia de alimentos que hay en los Estados Unidos, sumada a lo difícil de hacer digeribles los productos de la Chlorella. (Es problema para los necrófagos pero no para los vegetarianos y menos aún para quienes nacen vegetarianos que ya muestran cambios morfológicos en sus intestinos y por supuesto tienen una flora fermentativa, no putrefactiva).Una razón por la cual la Chlorella ha sobrevivido desde tiempos inmemoriales es su resistente membrana celular, que la protege contra toda suerte de peligros. Las mismas membranas, sin embargo, la hacen de muy difícil digestión para el ser humano. Así, una valiosa fuente de proteína le había sido negada por mucho tiempo a un mundo en el cual la mala nutrición es un problema serio, tanto en los países del Tercer Mundo, como entre los pobres, los ancianos y los enfermos de los países desarrollados, y aun entre las personas que, preocupadas por su salud, se extralimitan con sus dietas.Durante la década de 1970 una firma japonesa desarrolló un método para romper las membranas celulares de estas algas sin quitarlas del producto (el procedimiento Dyno-Milli) - las membranas celulares rotas constituyen una fuente importante de nutrientes. Este procedimiento incremento la digestibilidad de la Chlorella en un 85%. Otros métodos en boga incluyen la decoloración, con lo que se ha logrado un 50% de digestibilidad.En la actualidad la Chlorella se encuentra ampliamente difundida como complemento alimenticio en forma de tabletas, gránulos o líquido, y es suficientemente digerible como para prescribírsela a los infantes. Goza de popularidad particularmente entre los pediatras de Lejano Oriente.

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