Los países en desarrollo se encuentran en una buena posición para ser proveedores de materias primas para la industria de los hidrocoloides o de algas comestibles. El cultivo de algas marinas suele requerir mucha mano de obra, por lo que es necesario que el costo de ésta sea bajo para que dicho cultivo resulte viable. Aunque el desembolso de capital depende de la escala de las operaciones, por lo general es bajo, pero aun así no está al alcance de algunas poblaciones costeras, por lo que a menudo son los compradores de algas marinas quienes proporcionan los fondos iniciales a los cultivadores.
El cultivo mediante reproducción vegetativa es el sistema que exige menos capital; por ejemplo, para cultivar Kappaphycus se requieren cuerdas de polipropileno tendidas entre estacas clavadas en el fondo del mar, algo para sujetar los pequeños trozos de algas a las cuerdas, algún tipo de bastidor para secar las algas marinas manteniéndolas alejadas del suelo y evitando su contaminación con la arena, etc.; en ocasiones se colocan redes en torno a la zona acotada para retener cualquier trozo desprendido de las algas que crecen. Gracilaria se cultiva también mediante reproducción vegetativa, unas veces en cuerdas y otras insertando trozos de alga en un fondo marino arenoso y manteniéndolas allí por diversos medios.
El cultivo mediante el ciclo de reproducción sexual exige un desembolso de capital mayor y es el sistema más apropiado para algas comestibles como el nori, el kombu y el wakame, en cuyo caso es posible resarcirse de los gastos suplementarios gracias al precio de venta más alto del producto final.
Ambos métodos de reproducción tienen una gran densidad de mano de obra, aunque en el Japón se han mecanizado algunas fases importantes de la producción de nori obtenido a partir de Porphyra, lo que ha sido necesario a causa del costo más alto de la mano de obra en ese país.
El cultivo mediante reproducción vegetativa es el sistema que exige menos capital; por ejemplo, para cultivar Kappaphycus se requieren cuerdas de polipropileno tendidas entre estacas clavadas en el fondo del mar, algo para sujetar los pequeños trozos de algas a las cuerdas, algún tipo de bastidor para secar las algas marinas manteniéndolas alejadas del suelo y evitando su contaminación con la arena, etc.; en ocasiones se colocan redes en torno a la zona acotada para retener cualquier trozo desprendido de las algas que crecen. Gracilaria se cultiva también mediante reproducción vegetativa, unas veces en cuerdas y otras insertando trozos de alga en un fondo marino arenoso y manteniéndolas allí por diversos medios.
El cultivo mediante el ciclo de reproducción sexual exige un desembolso de capital mayor y es el sistema más apropiado para algas comestibles como el nori, el kombu y el wakame, en cuyo caso es posible resarcirse de los gastos suplementarios gracias al precio de venta más alto del producto final.
Ambos métodos de reproducción tienen una gran densidad de mano de obra, aunque en el Japón se han mecanizado algunas fases importantes de la producción de nori obtenido a partir de Porphyra, lo que ha sido necesario a causa del costo más alto de la mano de obra en ese país.
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